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Hidalgo La Gitana
Fundada en 1792 durante el reinado de Carlos IV, Hidalgo La Gitana cuenta con una larga historia generacional y a día de hoy sigue siendo propiedad de la familia Hidalgo, a manos de la octava generación, en línea directa desde su fundador: Don José Pantaleón Hidalgo.
Año de fundación: 1792
Viñedo propio: 200 hectáreas
Ubicación: Calle Banda Playa, 42 Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 11540, España
Decidido a invertir en la producción de vino, Don José dio vida a este gran proyecto situado en el corazón de Sanlúcar de Barrameda, mediante la compra previa de Roque Vejarano, una pequeña bodega de almacenado que por entonces era propiedad de su suegro. No obstante, sería a lo largo del siglo XIX, ya en manos de su hijo Eduardo Hidalgo, cuando la compañía crecería hasta convertirse en una de las más importantes productoras de Manzanilla en el mundo y, con el tiempo, una de las bodegas más antiguas del Marco de Jerez y una de las pocas que mantiene su estructura familiar e independiente.
El nombre de La Gitana se remonta a finales del siglo XIX. Existía en la ciudad de Málaga un Tabanco (taberna propia de Jerez donde se despachaban vinos) regentado por una vistosa mujer gitana quien vendía allí a granel mucha manzanilla elaborada por los Hidalgo, cuando todavía no tenían marca propia. Así fue como los lugareños comenzaron a llamarla “manzanilla de la gitana”.
Eduardo Hidalgo mantuvo amistad con ella y, cerca del año 1900, encargó un retrato de la gitana al pintor sevillano Turina, padre del compositor Joaquín Turina. En él se refleja una mujer de tez morena con un mantón de manila y un bordado de flores, retratada sobre el parche de una antigua pandereta. Aquel retrato se convirtió en la imagen de la bodega desde 1920 y, después de muchos años, la compañía ha cambiado su razón social pasando de ser Vinícola Hidalgo a la actual Hidalgo La Gitana.
A finales del XIX, se convirtió en la mayor productora de manzanilla, siendo líder indiscutible. Entre 1900 y 1960, la firma jerezana González Byass adquirió un 25% de la bodega, pero fue recomprada después por Juan Luis Hidalgo durante los años gloriosos de La Gitana.
La bodega cuenta con más de 200 hectáreas de viñedos propios situados en los famosos pagos de Balbaina y Miraflores, considerados de los mejores del Marco de Jerez. A escasos 300 metros de la desembocadura del Guadalquivir, las viñas obtienen una gran influencia atlántica que marca las peculiaridades de toda la gama de manzanillas, amontillados y olorosos de la bodega.
Entre las últimas novedades, a destacar el sistema de grifo desarrollado para ofrecer su famosa manzanilla bien fría en las barras de bares gourmets, algo que ya se puede ver en centenares de establecimientos por todo el mundo.
Año de fundación: 1792
Viñedo propio: 200 hectáreas
Ubicación: Calle Banda Playa, 42 Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 11540, España
Decidido a invertir en la producción de vino, Don José dio vida a este gran proyecto situado en el corazón de Sanlúcar de Barrameda, mediante la compra previa de Roque Vejarano, una pequeña bodega de almacenado que por entonces era propiedad de su suegro. No obstante, sería a lo largo del siglo XIX, ya en manos de su hijo Eduardo Hidalgo, cuando la compañía crecería hasta convertirse en una de las más importantes productoras de Manzanilla en el mundo y, con el tiempo, una de las bodegas más antiguas del Marco de Jerez y una de las pocas que mantiene su estructura familiar e independiente.
El nombre de La Gitana se remonta a finales del siglo XIX. Existía en la ciudad de Málaga un Tabanco (taberna propia de Jerez donde se despachaban vinos) regentado por una vistosa mujer gitana quien vendía allí a granel mucha manzanilla elaborada por los Hidalgo, cuando todavía no tenían marca propia. Así fue como los lugareños comenzaron a llamarla “manzanilla de la gitana”.
Eduardo Hidalgo mantuvo amistad con ella y, cerca del año 1900, encargó un retrato de la gitana al pintor sevillano Turina, padre del compositor Joaquín Turina. En él se refleja una mujer de tez morena con un mantón de manila y un bordado de flores, retratada sobre el parche de una antigua pandereta. Aquel retrato se convirtió en la imagen de la bodega desde 1920 y, después de muchos años, la compañía ha cambiado su razón social pasando de ser Vinícola Hidalgo a la actual Hidalgo La Gitana.
A finales del XIX, se convirtió en la mayor productora de manzanilla, siendo líder indiscutible. Entre 1900 y 1960, la firma jerezana González Byass adquirió un 25% de la bodega, pero fue recomprada después por Juan Luis Hidalgo durante los años gloriosos de La Gitana.
La bodega cuenta con más de 200 hectáreas de viñedos propios situados en los famosos pagos de Balbaina y Miraflores, considerados de los mejores del Marco de Jerez. A escasos 300 metros de la desembocadura del Guadalquivir, las viñas obtienen una gran influencia atlántica que marca las peculiaridades de toda la gama de manzanillas, amontillados y olorosos de la bodega.
Entre las últimas novedades, a destacar el sistema de grifo desarrollado para ofrecer su famosa manzanilla bien fría en las barras de bares gourmets, algo que ya se puede ver en centenares de establecimientos por todo el mundo.
Decidido a invertir en la producción de vino, Don José dio vida a este gran proyecto situado en el corazón de Sanlúcar de Barrameda, mediante la compra previa de Roque Vejarano, una pequeña bodega de almacenado que por entonces era propiedad de su suegro. No obstante, sería a lo largo del siglo XIX, ya en manos de su hijo Eduardo Hidalgo, cuando la compañía crecería hasta convertirse en una de las más importantes productoras de Manzanilla en el mundo y, con el tiempo, una de las bodegas más antiguas del Marco de Jerez y una de las pocas que mantiene su estructura familiar e independiente.
El nombre de La Gitana se remonta a finales del siglo XIX. Existía en la ciudad de Málaga un Tabanco (taberna propia de Jerez donde se despachaban vinos) regentado por una vistosa mujer gitana quien vendía allí a granel mucha manzanilla elaborada por los Hidalgo, cuando todavía no tenían marca propia. Así fue como los lugareños comenzaron a llamarla “manzanilla de la gitana”.
Eduardo Hidalgo mantuvo amistad con ella y, cerca del año 1900, encargó un retrato de la gitana al pintor sevillano Turina, padre del compositor Joaquín Turina. En él se refleja una mujer de tez morena con un mantón de manila y un bordado de flores, retratada sobre el parche de una antigua pandereta. Aquel retrato se convirtió en la imagen de la bodega desde 1920 y, después de muchos años, la compañía ha cambiado su razón social pasando de ser Vinícola Hidalgo a la actual Hidalgo La Gitana.
A finales del XIX, se convirtió en la mayor productora de manzanilla, siendo líder indiscutible. Entre 1900 y 1960, la firma jerezana González Byass adquirió un 25% de la bodega, pero fue recomprada después por Juan Luis Hidalgo durante los años gloriosos de La Gitana.
La bodega cuenta con más de 200 hectáreas de viñedos propios situados en los famosos pagos de Balbaina y Miraflores, considerados de los mejores del Marco de Jerez. A escasos 300 metros de la desembocadura del Guadalquivir, las viñas obtienen una gran influencia atlántica que marca las peculiaridades de toda la gama de manzanillas, amontillados y olorosos de la bodega.
Entre las últimas novedades, a destacar el sistema de grifo desarrollado para ofrecer su famosa manzanilla bien fría en las barras de bares gourmets, algo que ya se puede ver en centenares de establecimientos por todo el mundo.
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