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Grupo El Gaitero
El Gaitero nace en una de las bodegas centenarias asturianas con más tradición, en la vera de la ría de Villaviciosa, un enclave único para adentrarse en los secretos del sabor de Asturias: la sidra.
Año de fundación: 1890
Producción: 27 millones de litros al año.
Ubicación: La Espuncia s/n, Villaviciosa, 33318, Asturias
Dos factores sociales fueron clave en el nacimiento de la sidra El Gaitero. Por un lado, la habilitación del puerto de Gijón en el siglo XVIII que permitió el comercio marítimo y una conexión directa con América, al mismo tiempo que impulsó la emigración de muchos asturianos al otro lado del Atlántico. Por otro lado, el aumento de plantaciones de manzanos (pomaradas) y la industrialización de Asturias. Poco a poco, las tascas se llenaron de sidra y su consumo se volvió tradición.
En 1888, con el objetivo de llevar la industria asturiana en óptimas condiciones hasta las Américas, los hermanos Alberto y Eladio del Valle, financiados por Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández, compraron la maquinaria necesaria para champanizar la sidra y conservar sus burbujas.
Este fue el principio de una larga y fructífera historia que comenzó con un éxito rotundo tanto en la Península y como en América.
En 1895, Eladio del Valle y Ángel Fernández abandonaron la sociedad y transfirieron sus derechos a Obdulio Fernández quien, con su dilatada experiencia empresarial, junto con Bernardo de la Ballina, impulsaron la primera gran transformación de la empresa. Adquirieron los terrenos de La Espuncia, con una ubicación estratégica junto a la ría, y centralizaron toda la producción allí, levantando incluso su propia fábrica de botellas en 1915. Con una importante inversión publicitaria, consiguieron que la sidra El Gaitero empezara a conocerse en el mundo entero.
El segundo de los momentos dorados de la empresa se produjo en los años 50, con la nueva gerencia de José Cardín Fernández (1905-1992), sobrino de Obdulio. La empresa tuvo que superar momentos difíciles tras las guerras del siglo XX. En este contexto, José Cardín refundó la empresa, modernizando sus instalaciones y maquinaria, creando una nueva bodega de depósitos metálicos para triplicar la producción y diversificando la gama de productos con el lanzamiento de los exitosos dulces y turrones El Gaitero. También él fue pionero en permitir visitas a las instalaciones para dar a conocer los secretos de la sidra.
En la actualidad, la sociedad Valle, Ballina y Fernández es una empresa familiar que conserva el valor de la tradición y la producción artesana, pero sigue avanzando en innovación con la tecnología más puntera del sector. Cuenta con cinco bodegas: la Central, la de las Provincias, la de los Países Americanos, la de los depósitos de metal y la de los nuevos depósitos de acero inoxidable. Juntas superan los 40.000 metros cuadrados y su producción alcanza los 27 millones de litros de sidra al año. No es de extrañar que sus instalaciones hayan sido declaradas Patrimonio Histórico Industrial.
La compañía Valle, Ballina y Fernández es pasión y compromiso, es entrega a su tierra y al desarrollo de su industria. Con importantes reconocimientos como la Medalla de Plata de Asturias, la sidra El Gaitero se ha convertido, sin lugar a duda, en la imagen de Asturias.
Año de fundación: 1890
Producción: 27 millones de litros al año.
Ubicación: La Espuncia s/n, Villaviciosa, 33318, Asturias
Dos factores sociales fueron clave en el nacimiento de la sidra El Gaitero. Por un lado, la habilitación del puerto de Gijón en el siglo XVIII que permitió el comercio marítimo y una conexión directa con América, al mismo tiempo que impulsó la emigración de muchos asturianos al otro lado del Atlántico. Por otro lado, el aumento de plantaciones de manzanos (pomaradas) y la industrialización de Asturias. Poco a poco, las tascas se llenaron de sidra y su consumo se volvió tradición.
En 1888, con el objetivo de llevar la industria asturiana en óptimas condiciones hasta las Américas, los hermanos Alberto y Eladio del Valle, financiados por Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández, compraron la maquinaria necesaria para champanizar la sidra y conservar sus burbujas. Este fue el principio de una larga y fructífera historia que comenzó con un éxito rotundo tanto en la Península y como en América.
En 1895, Eladio del Valle y Ángel Fernández abandonaron la sociedad y transfirieron sus derechos a Obdulio Fernández quien, con su dilatada experiencia empresarial, junto con Bernardo de la Ballina, impulsaron la primera gran transformación de la empresa. Adquirieron los terrenos de La Espuncia, con una ubicación estratégica junto a la ría, y centralizaron toda la producción allí, levantando incluso su propia fábrica de botellas en 1915. Con una importante inversión publicitaria, consiguieron que la sidra El Gaitero empezara a conocerse en el mundo entero.
El segundo de los momentos dorados de la empresa se produjo en los años 50, con la nueva gerencia de José Cardín Fernández (1905-1992), sobrino de Obdulio. La empresa tuvo que superar momentos difíciles tras las guerras del siglo XX. En este contexto, José Cardín refundó la empresa, modernizando sus instalaciones y maquinaria, creando una nueva bodega de depósitos metálicos para triplicar la producción y diversificando la gama de productos con el lanzamiento de los exitosos dulces y turrones El Gaitero. También él fue pionero en permitir visitas a las instalaciones para dar a conocer los secretos de la sidra.
En la actualidad, la sociedad Valle, Ballina y Fernández es una empresa familiar que conserva el valor de la tradición y la producción artesana, pero sigue avanzando en innovación con la tecnología más puntera del sector. Cuenta con cinco bodegas: la Central, la de las Provincias, la de los Países Americanos, la de los depósitos de metal y la de los nuevos depósitos de acero inoxidable. Juntas superan los 40.000 metros cuadrados y su producción alcanza los 27 millones de litros de sidra al año. No es de extrañar que sus instalaciones hayan sido declaradas Patrimonio Histórico Industrial.
La compañía Valle, Ballina y Fernández es pasión y compromiso, es entrega a su tierra y al desarrollo de su industria. Con importantes reconocimientos como la Medalla de Plata de Asturias, la sidra El Gaitero se ha convertido, sin lugar a duda, en la imagen de Asturias.
Dos factores sociales fueron clave en el nacimiento de la sidra El Gaitero. Por un lado, la habilitación del puerto de Gijón en el siglo XVIII que permitió el comercio marítimo y una conexión directa con América, al mismo tiempo que impulsó la emigración de muchos asturianos al otro lado del Atlántico. Por otro lado, el aumento de plantaciones de manzanos (pomaradas) y la industrialización de Asturias. Poco a poco, las tascas se llenaron de sidra y su consumo se volvió tradición.
En 1888, con el objetivo de llevar la industria asturiana en óptimas condiciones hasta las Américas, los hermanos Alberto y Eladio del Valle, financiados por Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández, compraron la maquinaria necesaria para champanizar la sidra y conservar sus burbujas. Este fue el principio de una larga y fructífera historia que comenzó con un éxito rotundo tanto en la Península y como en América.
En 1895, Eladio del Valle y Ángel Fernández abandonaron la sociedad y transfirieron sus derechos a Obdulio Fernández quien, con su dilatada experiencia empresarial, junto con Bernardo de la Ballina, impulsaron la primera gran transformación de la empresa. Adquirieron los terrenos de La Espuncia, con una ubicación estratégica junto a la ría, y centralizaron toda la producción allí, levantando incluso su propia fábrica de botellas en 1915. Con una importante inversión publicitaria, consiguieron que la sidra El Gaitero empezara a conocerse en el mundo entero.
El segundo de los momentos dorados de la empresa se produjo en los años 50, con la nueva gerencia de José Cardín Fernández (1905-1992), sobrino de Obdulio. La empresa tuvo que superar momentos difíciles tras las guerras del siglo XX. En este contexto, José Cardín refundó la empresa, modernizando sus instalaciones y maquinaria, creando una nueva bodega de depósitos metálicos para triplicar la producción y diversificando la gama de productos con el lanzamiento de los exitosos dulces y turrones El Gaitero. También él fue pionero en permitir visitas a las instalaciones para dar a conocer los secretos de la sidra.
En la actualidad, la sociedad Valle, Ballina y Fernández es una empresa familiar que conserva el valor de la tradición y la producción artesana, pero sigue avanzando en innovación con la tecnología más puntera del sector. Cuenta con cinco bodegas: la Central, la de las Provincias, la de los Países Americanos, la de los depósitos de metal y la de los nuevos depósitos de acero inoxidable. Juntas superan los 40.000 metros cuadrados y su producción alcanza los 27 millones de litros de sidra al año. No es de extrañar que sus instalaciones hayan sido declaradas Patrimonio Histórico Industrial.
La compañía Valle, Ballina y Fernández es pasión y compromiso, es entrega a su tierra y al desarrollo de su industria. Con importantes reconocimientos como la Medalla de Plata de Asturias, la sidra El Gaitero se ha convertido, sin lugar a duda, en la imagen de Asturias.
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