Uno de los vinos dulces más afamados y valorados del mundo. Se elabora en añadas excepcionales que permiten lograr la podredumbre noble de la Botrytis cinerea, en viñedos catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La bodega calca las mismas fórmulas tradicionales de hace cientos de años: al mosto de una barrica de 136 litros, en este caso se le añaden 3 cuévanos (puttony) de granos nobles Aszú. Las bayas se maceran durante un par de días antes de prensarse y proceder a la fermentación en barricas de madera cuya duración puede alcanzar hasta los 2 meses. Después envejece durante 2 a 3 años en galerías subterráneas centenarias y se afina 1 año más en botella. Un vino mítico, al que el rey Luis XIV definió como "vino de reyes y rey de los vinos”.