Inaugurada en 2007, con una producción de 600.000 botellas al año, esta bodega de diseño vanguardista está dotada de la mejor tecnología. Cuenta con 34 depósitos de fermentación de 20.000 litros, 3 depósitos de homogenización de 60.000 litros, prensas verticales neumáticas, así como una nave soterrada a 70 metros con capacidad para 2.000 barricas destinadas a la crianza de sus vinos.

Las instalaciones albergan también un espacio gastronómico bajo la dirección del chef Alberto Soto con una propuesta vanguardista y tradicional, haciendo uso de productos característicos de la Ribera.

Está ubicada en Castrillo de Duero, en lo alto de un pequeño promontorio desde el que es posible contemplar las magníficas vistas de sus 50 hectáreas de viñedo propio donde cultivan la variedad Tinto fino, el clon de la familia y más puro tempranillo ribereño. Las viñas se sitúan a unos 800 metros sobre el nivel del mar y están clasificadas según su altitud, siendo este factor el más importante en la maduración de la uva.

Sus vinos se dirigen a una clase de consumidor abierto y entendido. Son reconocidos por su sutiliza y elegancia, pero también por su atrevida aromática. Elaborados con mimo para llegar al corazón de las personas y dejar su huella mediante experiencias únicas, representan la expresión clara de la revolución vitivinícola de los últimos años en España.

En la actualidad, la familia Moro cuenta con su bodega originaria, Emilio Moro, y algunos viñedos en la D.O. Bierzo.