Ambas familias compartían la pasión de elaborar grandes vinos en Rioja, una región vitícola singular e inimitable. Así nace Macán, un nombre que debe su origen a la forma coloquial con la que se designa a los habitantes de San Vicente de la Sonrierra.

Durante los siguientes cinco años, elaboraron un estudio de terroirs y adquirieron hasta 92 hectáreas de viñedos en las faldas de la Sierra Cantabria, al norte del río Ebro.

En 2009 se estrenó la primera añada de sus dos icónicos vinos: Macán y Macán Clásico, ambos con la variedad predominante de la uva Tempranillo. Dos nuevos vinos que salieron al mercado definitivamente en el 2013. Macán, potente y robusto; Macán Clásico, un vino apegado a la región, lleno de frescura, delicadeza y frutosidad.

El último hito de su breve recorrido fue en 2017 cuando se inauguró la bodega en la localidad alavesa de Samaniego en un gran evento que estuvo presidido por el rey emérito Juan Carlos I de España. La bodega está dividida en tres naves a lo largo de una superficie de más de 10.000 metros cuadrados con capacidad para elaborar hasta 350.000 botellas al año. Está equipada con equipos modernos enotécnicos y dispone de un sistema de eficiencia energética con placas solares y biomasa. Todo ello con la intención de ofrecer una visión moderna de los vinos de Rioja siguiendo el modelo bordelés de primer y segundo vino.