Johnnie Walker

John Walker dio el primer paso en 1819 en un camino lleno de éxitos y desventuras que acabaría convirtiéndose en un verdadero mito del whisky escocés.

Año de fundación: 1819

Ubicación: Balmoral Road, Kilmarnock, KA3 1HL, Reino Unido

Web: www.johnniewalker.com

Corría el año 1819 y el padre de John acababa de morir. Era un duro comienzo en la vida de este joven y humilde campesino, sin embargo, John tenía un don natural para los negocios y un talento especial para el whisky. Vendió la granja familiar y utilizó el dinero para crear su propia tienda de whiskies en Kilmarnock, al oeste de Escocia. La mayoría de abarrotes del lugar ofrecía una línea de single malts. Para John no eran lo suficientemente buenos y quiso dar un paso más allá. Su whisky era una mezcla especial de malta y granos madurados durante 12 años en barricas de roble, una fórmula diferente que conquistó rápidamente las regiones de Escocia.

Su visión de futuro le daría una vida plena hasta que, en 1857, a su muerte, su hijo Alexander heredó el negocio en un momento próspero gracias a la Revolución Industrial y la llegada del ferrocarril.

Diez años después, lanzó la primera mezcla comercial de Johnnie Walker llamada “Old Highland Whisky” e introdujo el famoso diseño de la botella cuadrada para disminuir el riesgo de roturas durante los envíos en barco a todas partes del mundo. También se encargó de añadir una nueva etiqueta, inclinada 20 grados, para destacar su Whisky entre la multitud.

En 1889 continuó el legado familiar, pasando a manos de sus hijos Alexander II y George, los cuales acabaron renombraron su exitosa variedad de whiskies con los colores propios de sus etiquetas: Johnnie Walker Red Label y Black Label. A estos acabaría sumándose más tarde su famoso Blue Label. Generación tras generación, los Walker quisieron mejorar su receta ofreciendo diferentes y novedosas mezclas de whiskies blend. Fue durante esta época cuando se adoptaría también la icónica imagen del “caminante”.

Hacia 1920, su producto estaba presente en más de 100 países y se fue popularizando entre cantantes, estrellas de cine, deportistas y políticos. Tampoco pasó desapercibido por la monarquía británica, quien le atribuyó la Cédula Real, todavía vigente en la actualidad.

Johnnie Walker es sin duda una de las marcas más prestigiosas del mundo y su eslogan ha sido adoptado como un grito de progreso y optimismo. Su último gran paso ha sido hacia la sostenibilidad, utilizando en su producción carbono neto cero, energías renovables y envases reciclables para reducir su huella medioambiental y reinventar cómo se elabora y disfruta su whisky en todos los rincones del planeta.

Año de fundación: 1819

Ubicación: Balmoral Road, Kilmarnock, KA3 1HL, Reino Unido

Web: www.johnniewalker.com

Corría el año 1819 y el padre de John acababa de morir. Era un duro comienzo en la vida de este joven y humilde campesino, sin embargo, John tenía un don natural para los negocios y un talento especial para el whisky. Vendió la granja familiar y utilizó el dinero para crear su propia tienda de whiskies en Kilmarnock, al oeste de Escocia. La mayoría de abarrotes del lugar ofrecía una línea de single malts. Para John no eran lo suficientemente buenos y quiso dar un paso más allá. Su whisky era una mezcla especial de malta y granos madurados durante 12 años en barricas de roble, una fórmula diferente que conquistó rápidamente las regiones de Escocia.

Su visión de futuro le daría una vida plena hasta que, en 1857, a su muerte, su hijo Alexander heredó el negocio en un momento próspero gracias a la Revolución Industrial y la llegada del ferrocarril.

Diez años después, lanzó la primera mezcla comercial de Johnnie Walker llamada “Old Highland Whisky” e introdujo el famoso diseño de la botella cuadrada para disminuir el riesgo de roturas durante los envíos en barco a todas partes del mundo. También se encargó de añadir una nueva etiqueta, inclinada 20 grados, para destacar su Whisky entre la multitud.

En 1889 continuó el legado familiar, pasando a manos de sus hijos Alexander II y George, los cuales acabaron renombraron su exitosa variedad de whiskies con los colores propios de sus etiquetas: Johnnie Walker Red Label y Black Label. A estos acabaría sumándose más tarde su famoso Blue Label. Generación tras generación, los Walker quisieron mejorar su receta ofreciendo diferentes y novedosas mezclas de whiskies blend. Fue durante esta época cuando se adoptaría también la icónica imagen del “caminante”.

Hacia 1920, su producto estaba presente en más de 100 países y se fue popularizando entre cantantes, estrellas de cine, deportistas y políticos. Tampoco pasó desapercibido por la monarquía británica, quien le atribuyó la Cédula Real, todavía vigente en la actualidad.

Johnnie Walker es sin duda una de las marcas más prestigiosas del mundo y su eslogan ha sido adoptado como un grito de progreso y optimismo. Su último gran paso ha sido hacia la sostenibilidad, utilizando en su producción carbono neto cero, energías renovables y envases reciclables para reducir su huella medioambiental y reinventar cómo se elabora y disfruta su whisky en todos los rincones del planeta.

Corría el año 1819 y el padre de John acababa de morir. Era un duro comienzo en la vida de este joven y humilde campesino, sin embargo, John tenía un don natural para los negocios y un talento especial para el whisky. Vendió la granja familiar y utilizó el dinero para crear su propia tienda de whiskies en Kilmarnock, al oeste de Escocia. La mayoría de abarrotes del lugar ofrecía una línea de single malts. Para John no eran lo suficientemente buenos y quiso dar un paso más allá. Su whisky era una mezcla especial de malta y granos madurados durante 12 años en barricas de roble, una fórmula diferente que conquistó rápidamente las regiones de Escocia.

Su visión de futuro le daría una vida plena hasta que, en 1857, a su muerte, su hijo Alexander heredó el negocio en un momento próspero gracias a la Revolución Industrial y la llegada del ferrocarril.

Diez años después, lanzó la primera mezcla comercial de Johnnie Walker llamada “Old Highland Whisky” e introdujo el famoso diseño de la botella cuadrada para disminuir el riesgo de roturas durante los envíos en barco a todas partes del mundo. También se encargó de añadir una nueva etiqueta, inclinada 20 grados, para destacar su Whisky entre la multitud.

En 1889 continuó el legado familiar, pasando a manos de sus hijos Alexander II y George, los cuales acabaron renombraron su exitosa variedad de whiskies con los colores propios de sus etiquetas: Johnnie Walker Red Label y Black Label. A estos acabaría sumándose más tarde su famoso Blue Label. Generación tras generación, los Walker quisieron mejorar su receta ofreciendo diferentes y novedosas mezclas de whiskies blend. Fue durante esta época cuando se adoptaría también la icónica imagen del “caminante”.

Hacia 1920, su producto estaba presente en más de 100 países y se fue popularizando entre cantantes, estrellas de cine, deportistas y políticos. Tampoco pasó desapercibido por la monarquía británica, quien le atribuyó la Cédula Real, todavía vigente en la actualidad.

Johnnie Walker es sin duda una de las marcas más prestigiosas del mundo y su eslogan ha sido adoptado como un grito de progreso y optimismo. Su último gran paso ha sido hacia la sostenibilidad, utilizando en su producción carbono neto cero, energías renovables y envases reciclables para reducir su huella medioambiental y reinventar cómo se elabora y disfruta su whisky en todos los rincones del planeta.

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