J. Charpentier

J. Charpentier es una bodega familiar con cinco generaciones a la espalda en la que se elaboran pequeños cupos de champagne con una calidad sublime.

Año de fundación: 1974

Ubicación: 88 Rue de Reuil, Villers-sous-Châtillon, 51700, Francia

Web: www.jcharpentier.com

Todo comienza con Léonidas Charpentier y Henri Claisse a finales del siglo XIX y principios del XX. Ambas familias de agricultores decidieron iniciarse en la viticultura, sin saber que el tiempo acabaría uniendo sus caminos. Décadas después, los hijos respectivos tomaron el relevo: Pierre Charpentier, para continuar elaborando vinos tintos, y Marcel Claisse, para crear su propio champagne.

Una generación después, en 1946, uno de los tres hijos de Pierre Charpentier tomó las riendas del negocio familiar para crear también su propia marca de champán: Marcellin Charpentier. Sin embargo, su muerte prematura, dejó todo en manos de su mujer Solange y sus tres hijos, entre ellos Jacky, quien destacó gracias a su debut oficial como enólogo.

Al mismo tiempo, la historia de Marcel Claisse continuó con su matrimonio y el nacimiento de su hija en 1951: Claudine.

Fue en 1974 cuando ambas familias cruzarían sus destinos con el matrimonio de Jacky y Claudine, y aquella unión formalizaría la marca de champagne J. Charpentier. El matrimonio se estableció en Villers sous Chatillon para hacer prosperar la finca y, con los años, a fuerza de trabajo y pasión, la pareja amplió aquellos dominios y consolidó la marca. En 1979, se construyó la bodega y, entre 1983 y 1987, aquellas instalaciones fueron ampliadas y renovadas con alta tecnología, incluyendo la termorregulación, un avance muy poco común hasta la fecha. En 1997, una nueva ampliación de la bodega permitiría aplicar métodos avanzados de vinificación e instalar barricas de roble francés.

La historia hasta nuestros días continúa con la descendencia de aquel primer lazo matrimonial: el hijo mayor, Jean-Marc (1979), y el menor, Marie-Pierre (1988), los cuales han continuado el legado familiar hasta hoy.

Las vides de la bodega están ubicadas en el valle de Marne, en el corazón de Champagne, a 12 km de Épernay. Se extienden por muchos viñedos, situadas en más de 10 comunas y divididas entre 70 parcelas, en las que se plantan las variedades habituales de la zona: Pinot Meunier, Pinot Noir y Chardonnay. Todo el trabajo en los viñedos se realiza con una filosofía de respeto a la tierra, preservando la naturaleza mediante una cosecha manual, el uso de fertilizantes biológicos y el arado completo de las parcelas.

Cada parcela se vinifica de forma independiente. Después, los vinos se crían en barricas de roble de acero inoxidable y reciben varios meses de crianza para asentar la identidad del terruño. Esta crianza se refuerza en botella para un mayor envejecimiento que favorezca el desarrollo del vino, la apertura de los aromas y su complejidad. Así nacen los champagnes J. Charpentier, imbuidos de la tipicidad de su terruño, con un carácter auténtico que se ha convertido en el sello generacional de esta casa.

Año de fundación: 1974

Ubicación: 88 Rue de Reuil, Villers-sous-Châtillon, 51700, Francia

Web: www.jcharpentier.com

Todo comienza con Léonidas Charpentier y Henri Claisse a finales del siglo XIX y principios del XX. Ambas familias de agricultores decidieron iniciarse en la viticultura, sin saber que el tiempo acabaría uniendo sus caminos. Décadas después, los hijos respectivos tomaron el relevo: Pierre Charpentier, para continuar elaborando vinos tintos, y Marcel Claisse, para crear su propio champagne.

Una generación después, en 1946, uno de los tres hijos de Pierre Charpentier tomó las riendas del negocio familiar para crear también su propia marca de champán: Marcellin Charpentier. Sin embargo, su muerte prematura, dejó todo en manos de su mujer Solange y sus tres hijos, entre ellos Jacky, quien destacó gracias a su debut oficial como enólogo.

Al mismo tiempo, la historia de Marcel Claisse continuó con su matrimonio y el nacimiento de su hija en 1951: Claudine.

Fue en 1974 cuando ambas familias cruzarían sus destinos con el matrimonio de Jacky y Claudine, y aquella unión formalizaría la marca de champagne J. Charpentier. El matrimonio se estableció en Villers sous Chatillon para hacer prosperar la finca y, con los años, a fuerza de trabajo y pasión, la pareja amplió aquellos dominios y consolidó la marca. En 1979, se construyó la bodega y, entre 1983 y 1987, aquellas instalaciones fueron ampliadas y renovadas con alta tecnología, incluyendo la termorregulación, un avance muy poco común hasta la fecha. En 1997, una nueva ampliación de la bodega permitiría aplicar métodos avanzados de vinificación e instalar barricas de roble francés.

La historia hasta nuestros días continúa con la descendencia de aquel primer lazo matrimonial: el hijo mayor, Jean-Marc (1979), y el menor, Marie-Pierre (1988), los cuales han continuado el legado familiar hasta hoy.

Las vides de la bodega están ubicadas en el valle de Marne, en el corazón de Champagne, a 12 km de Épernay. Se extienden por muchos viñedos, situadas en más de 10 comunas y divididas entre 70 parcelas, en las que se plantan las variedades habituales de la zona: Pinot Meunier, Pinot Noir y Chardonnay. Todo el trabajo en los viñedos se realiza con una filosofía de respeto a la tierra, preservando la naturaleza mediante una cosecha manual, el uso de fertilizantes biológicos y el arado completo de las parcelas.

Cada parcela se vinifica de forma independiente. Después, los vinos se crían en barricas de roble de acero inoxidable y reciben varios meses de crianza para asentar la identidad del terruño. Esta crianza se refuerza en botella para un mayor envejecimiento que favorezca el desarrollo del vino, la apertura de los aromas y su complejidad. Así nacen los champagnes J. Charpentier, imbuidos de la tipicidad de su terruño, con un carácter auténtico que se ha convertido en el sello generacional de esta casa.

Todo comienza con Léonidas Charpentier y Henri Claisse a finales del siglo XIX y principios del XX. Ambas familias de agricultores decidieron iniciarse en la viticultura, sin saber que el tiempo acabaría uniendo sus caminos. Décadas después, los hijos respectivos tomaron el relevo: Pierre Charpentier, para continuar elaborando vinos tintos, y Marcel Claisse, para crear su propio champagne.

Una generación después, en 1946, uno de los tres hijos de Pierre Charpentier tomó las riendas del negocio familiar para crear también su propia marca de champán: Marcellin Charpentier. Sin embargo, su muerte prematura, dejó todo en manos de su mujer Solange y sus tres hijos, entre ellos Jacky, quien destacó gracias a su debut oficial como enólogo.

Al mismo tiempo, la historia de Marcel Claisse continuó con su matrimonio y el nacimiento de su hija en 1951: Claudine.

Fue en 1974 cuando ambas familias cruzarían sus destinos con el matrimonio de Jacky y Claudine, y aquella unión formalizaría la marca de champagne J. Charpentier. El matrimonio se estableció en Villers sous Chatillon para hacer prosperar la finca y, con los años, a fuerza de trabajo y pasión, la pareja amplió aquellos dominios y consolidó la marca. En 1979, se construyó la bodega y, entre 1983 y 1987, aquellas instalaciones fueron ampliadas y renovadas con alta tecnología, incluyendo la termorregulación, un avance muy poco común hasta la fecha. En 1997, una nueva ampliación de la bodega permitiría aplicar métodos avanzados de vinificación e instalar barricas de roble francés.

La historia hasta nuestros días continúa con la descendencia de aquel primer lazo matrimonial: el hijo mayor, Jean-Marc (1979), y el menor, Marie-Pierre (1988), los cuales han continuado el legado familiar hasta hoy.

Las vides de la bodega están ubicadas en el valle de Marne, en el corazón de Champagne, a 12 km de Épernay. Se extienden por muchos viñedos, situadas en más de 10 comunas y divididas entre 70 parcelas, en las que se plantan las variedades habituales de la zona: Pinot Meunier, Pinot Noir y Chardonnay. Todo el trabajo en los viñedos se realiza con una filosofía de respeto a la tierra, preservando la naturaleza mediante una cosecha manual, el uso de fertilizantes biológicos y el arado completo de las parcelas.

Cada parcela se vinifica de forma independiente. Después, los vinos se crían en barricas de roble de acero inoxidable y reciben varios meses de crianza para asentar la identidad del terruño. Esta crianza se refuerza en botella para un mayor envejecimiento que favorezca el desarrollo del vino, la apertura de los aromas y su complejidad. Así nacen los champagnes J. Charpentier, imbuidos de la tipicidad de su terruño, con un carácter auténtico que se ha convertido en el sello generacional de esta casa.

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